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El rol del FIDA para el desarrollo rural y la importancia de la evidencia en sus actividades

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Autor: Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola en América Latina y el Caribe (FIDA ALC)

El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) es una institución financiera y un organismo especializado de las Naciones Unidas que otorga financiamiento a proyectos de desarrollo rural, brindando herramientas a los beneficiarios, con el objetivo de mejorar sus ingresos y su seguridad alimentaria. Durante 40 años de trabajo, el FIDA ha logrado llegar a las comunidades más remotas del mundo con el compromiso de transformar las economías rurales y los sistemas alimentarios para que sean más inclusivos, productivos, resilientes y sostenibles.

El trabajo del FIDA se relaciona directamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 1, Fin a la pobreza y 2, Hambre cero. Sin embargo, por la interseccionalidad de los mismos y la diversidad y alcance de sus proyectos, el FIDA contribuye también al logro de otros ODS como: Igualdad de género (Objetivo 5), Trabajo decente y crecimiento económico (Objetivo 8), Acción por el clima (Objetivo 13), y Paz, justicia e instituciones sólidas (Objetivo 16).

Estos compromisos se reflejan en la inclusión de temas transversales en los proyectos, como clima y medio ambiente, nutrición, género y juventud. Actualmente, el FIDA cuenta con alrededor de 215 proyectos, de los cuales 33 están localizados en América Latina y el Caribe (ALC). En esta región, el FIDA tiene alcance en 17 países, donde apoya a más de 3 millones de beneficiarios directos, siendo muchos de ellos mujeres, jóvenes y comunidades indígenas. Desde 2013, más de 400,000 mujeres en ALC han sido beneficiarias directas de los proyectos y desde el 2016, más de 15,500 hogares han recibido apoyo específico para mejorar su nutrición. Además, en el grupo de proyectos diseñados en su cartera regional actual, IFAD 11, se incluyeron indicadores de juventud en 84 % de ellos, de género en 61.5 %, de nutrición en 53.8 %, y de cambio climático en 38 %. Asimismo, el FIDA actúa sobre los efectos que tiene y tendrá el cambio climático en los pequeños agricultores. Es por ello que tiene como objetivo apoyarlos a crear comunidades resilientes al cambio climático mediante proyectos de adaptación y mitigación. En ese sentido, 70 % de sus proyectos tienen componentes climáticos y 100 % de ellos lidian integralmente con las vulnerabilidades de las personas para aumentar sus factores de resiliencia en diferentes ámbitos. Como ejemplo, desde 2008, 1.2 millones de hectáreas han alcanzado un manejo sostenible y resiliente ante el cambio climático.

Para poder analizar sus datos y evaluar su impacto, FIDA diseña y financia proyectos que incorporan líneas de base, líneas de medio término y líneas finales, las cuales son gestionadas a través de la entidad implementadora de cada proyecto. Asimismo, maneja un conjunto de indicadores comparables entre los marcos lógicos de todos los proyectos de la cartera global, lo cual permite hacer el seguimiento adecuado del progreso de los proyectos, así como medir de forma estandarizada la atribución de sus resultados.

La evidencia es una parte fundamental del trabajo del FIDA. Por ello, es una de las pocas instituciones financieras que evalúa su impacto de forma corporativa. Además, se ha comprometido con su junta ejecutiva en que al menos 15 % de todos los proyectos que finalicen en cada ciclo de reposición (esto es, cada 3 años) tengan una evaluación de impacto implementada directamente por el FIDA. De esta manera, pueden evaluar el impacto de sus proyectos de forma agregada a través de evaluaciones de impacto a proyectos individuales. En los últimos 5 años, en la división de ALC se han realizado evaluaciones de impacto para proyectos en Perú, Brasil y México. Estás evaluaciones permiten extraer las mejores prácticas y lecciones aprendidas con evidencia sólida.

Entre las evaluaciones de impacto programadas para 2021, se realizó la evaluación del Proyecto “Accesos en Bolivia”, el cual tuvo una inversión de US $72.7 millones. Los resultados muestran un incremento del 21 % en los ingresos agrícolas anuales en comparación con el grupo control. De este incremento, 91 % se explica por la dinamización de los emprendimientos apoyados por el FIDA. De igual forma, esta evaluación mostró que los beneficiaros incrementaron su acceso al agua en 34 % y mejoraron los ingresos de los hogares en 10 %. Finalmente, el proyecto presentó un incremento del 41 % de activos productivos y del 22 % en los ingresos totales por año.

Para el segundo semestre del año 2021 están programadas evaluaciones de impacto a proyectos en Argentina y Nicaragua, las cuales permitirán la generación de conocimiento en una amplia gama de temas, el intercambio de información y la creación de nuevas prácticas de cooperación Sur-Sur en la región. Para ello, la división de ALC en el FIDA cuenta con un centro especializado en Brasil que se encarga de alinear proyectos y temáticas para realizar este tipo de encuentros. Algunos ejemplos de cooperación que se dieron y se están dando, son entre México y Brasil en temas de agroforestería y agroecología en regiones semi-áridas y entre Perú y Costa Rica en el tema de pagos por servicios ambientales.

El FIDA mantiene firme su compromiso de generar evidencia sólida y rigurosa en todos sus proyectos. Esto no sólo contribuye en la mejora del diseño de futuros proyectos, sino en la correcta implementación de los mismos para tener un impacto eficiente en el bienestar de las comunidades rurales. Además, la producción y uso de evidencia contribuirán a la generación de mayor conocimiento sobre intervenciones efectivas para el desarrollo rural en la región.


El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) invierte en la población rural, empoderándola para que aumente su seguridad alimentaria, mejore la nutrición de sus familias y aumente sus ingresos.

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